Tres acordes para una antigua melodía

La aparición del cadáver del Conselleiro de Industria en estrañas condiciones, el descubrimiento de otros dos cadáveres con el mismo modus operandi. La única relación entre las tres víctimas está en unas vacaciones en un pueblo de la costa gallega en el mes de agosto del año 75. Las circunstancias que rodean a las víctimas hace pensar en una venganza por un suceso que acontecido en ese verano del 75. El encargado de la investigación, el inspector García, debe regresar a San Martiño do Conde, un pueblo en el que en su pasado ha tenido que investigar otros casos. Una historia con un final inesperado. Una novela para los amantes de la novela policíaca.

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Tres acordes en bitbooklite

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Tres Acordes para una antigua melodía

Agradecer Comunidad tus relatos el vídeo promocional de mi novela Tres acordes para una antigua melodía

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Entrevista Canal 4

Gracias al Dr Jorge Madera he presentado mi libro Tres acordes para una antigua melodía en el Canal 4 de California. Una oportunidad de compartir con mis lectores en América esta historia que se desarrolla en Galicia.

https://youtu.be/qH4OK1MpcSg

Tres acordes para una antigua melodía

El bullicio que se vivía aquella mañana en la comisaría de la Policía Autonómica, que llevaba menos de un mes en funcionamiento como resultado de la política de transferencia del Gobierno Central, era toda una novedad
para sus miembros. Algo gordo debía estar sucediendo ya que los días anteriores las horas habían pasado con una lentitud semejante a la de cualquier otro departamento de la
administración autonómica. La comisaría parecía, en los días precendentes, de todo menos una comisaría de cuerpo de
seguridad del estado.

Hoy, contrariamente a los días precedentes, si nos acercásemos al despacho del Comisario Jefe nos daríamos cuenta de que se parecía más al de un responsable de una comisaría de gran ciudad encargada de investigar los
crímenes más variopintos que a una de la Policía Local de cualquier ciudad de provincias, imagen con la que se
quedaban los visitantes que entraban a diario. Su teléfono echaba humo, entre las llamadas recibidas desde primera hora de la mañana y las que él mismo había hecho superaban en minutos a lad realizadas durante todo el mes, aunque pudiese aparecer una percepción exagerada no lo era.