Reseña Vellos nenos

PRECIOSO HOMENAJE AL PASADO EN FORMA DE POESÍA.

“Vellos nenos” ha ganado el primer premio en el concurso de poesía de este año y no lo ha hecho precisamente porque estuviera escrito en gallego y la premisa de este convocatorio fuera recibir poemas en los distintos idiomas ibéricos, sino porque su pluma, desde el corazón y de forma sencilla pero absolutamente brillante, ha calado en mis venas, como un recuerdo eterno de juventud.

Como acabo de decir, en esta ocasión pedía escritos en diferentes idiomas y lo hacía porque quería que el certamen se convirtiera en un abrazo fraterno entre el español y todas sus lenguas hermanas, un abrazo que pudiera servir al mismo tiempo de intercambio cultural y metalingüístico. Pero claro, si el poema hubiera sido malo no habría conseguido absolutamente nada. El caso es que no sólo no lo era, sino que además, se trataba de uno de los mejores (el mejor concretamente) de este año.

Porque “Vellos nenos” que se puede leer en dos versiones (gallego y español respectivamente) es un escrito elegante, nostálgico, sentido y muy bien desarrollado. Un gran homenaje a una infancia y a una tierra que vio pisar los primeros pasos de su autor y que se quedó, por tanto, tatuada, como la llama incandescente en las reses. Un lugar, el de la niñez, en el que siempre guarecerse y cobijarse, a pesar de los inconvenientes. Porque la vida está hecha de las memorias de nuestros primeros años. Porque la vida es respirar y suspirar por lo que ya no puede volver pero siempre está presente.

Un primer premio, una medalla de oro bien merecida  que desde aquí aplaudo una y mil veces. MOITAS GRAZAS!!!

Vellos nenos

Poema gañador do Segundo Concurso de poesía Las Cenizas De Welles, «Abrazo ibérico».

Esculco nos meus pasados
anos da nenez; busco nomes,
rostros e lembranzas.

Non encontro entre os meus
esquecidos xoguetes
o cabaliño de buxo, aquel
fermoso cabalo chegado mar adiante.

Non son coma nós
os vellos compañeiros da nenez,
Choio e o rei Talento serán
sempre nenos, pero nós medramos.

O meu senso encontra irrisorio
volver a le-las cartas a Lelo,
aquelas cartas que noutro tempo vivín.

A meiga dona Paz
non ousa achegarse máis a min
será porque non entendo os seus vellos
feitizos? Estou baleiro de comprensión.

Non desexo contarlle a ninguén
os vellos contos para a escola
que na nenez ansiaba poder contar
á pequena Reciñeira.

Non voltei a conta-las vellas historias
arredor da lareira, o meu fecundo desexo
de lembranzas da nenez, volveuse ermo.

Hai anos que non volto
ó castelo de Pambre, no que comezamos
a medrar os vellos compañeiros
da saga dun afiador.

Non voltei a ollar a vila
sulagada, nin Rapt nin o Larvisón
me fixeron voltar ó pacífico sur das nosas desfeitas.

Non desexei baixar a ceo aberto
aquela ladeira da montaña.
Non te lembras?. Aquela ladeira
na que os nosos corpos esvaraban tremulamente.

Querido Tomás xa non me lembras
ti que dicías retranqueiramente:
«un ano e un día son os que tardarás en esquecerme»,
Pero fuches ti o que esqueciches.

Xa nin lembras as estampas
do meu amigo Pepiño; si,
aquel que nos chamaba tepedamente
a saga dun afiador sen remedio.

Quizais xa nin te lembres
da morte de Frank González
aquela negra tarde na que todos
ouveaban ritmicamente: ?Fogo solto!.

No camiño de abaixo, nos Picoutos
de Antoín foi a nosa despedida,
só desexabas medrar como
os galegos de Londres.

E eu a morrer no castelo do Miño
mentres os que canda min non debían
medrar, os da saga do afiador, medraron.

Un día e un ano pasaron
e os que non debían medrar, medraron.

Reseña Memorias de un joven de aldea

Las cenizas de Welles ha publicado una reseña de mi obra, Memorias de un joven de aldea.


La mirada de un niño que vive en una aldea, en un mundo de adultos con sus descubrimientos, inseguridades e interrogantes, las palabras de un avo (como se dice en gallego) que de forma simple, alecciona a su “neto” sobre el horizonte y su amplia perspectiva a pesar de lo minúsculo (desde un punto de vista poblacional, claro) del espacio que cohabitan y respiran. Situaciones simples, que sin embargo, cobran intensidad y se convierten en pura reflexión…

Todo eso y mucho más es lo que vas a encontrar en este libro que es un homenaje a Galicia, a su idioma (ya que a pesar de tener dos versiones, la original es en la lengua propia de la comunidad) a sus usos y costumbres populares,  a su cultura aldeana y de vecindario, a sus creencias y su influjo en la magia, a su paisaje, a su mar, a sus veredas y caminos. Y un homenaje, al mismo tiempo, a la tierra que a todos nos ve abrir los ojos algún día y que en la mayoría de las ocasiones, forma parte de nuestros primeros recuerdos de infancia e incluso de juventud. Porque a pesar de lo arraigado de los sucesos que se narran, de la mirada fija y profunda “na terra das meigas” hay, o al menos yo he podido atisbar, un sentimiento común de pertenencia a cualquier parte, de imán que te atrapa y te atrae al lugar aquel en el que en su momento, descubriste cosas, te diste de bruces con lo bueno y lo malo de la vida  y fuiste feliz…

Pero además, es un homenaje a los abuelos, a sus consejos y experiencias, a la niñez, a las personas que forjaron nuestro carácter y primeros pasos y cómo no, sobre todo, una mirada nostálgica al pasado, a aquel pasado perenne y perpetuo que a veces se atora en la garganta porque aunque quisiéramos, desgraciadamente, ya no podría volver. Porque aunque lo diéramos todo, el mundo nunca va a ir hacia atrás y dar la vuelta y lo único que nos van a quedar para siempre entonces, son las vivencias encarnadas en la piel, que a veces ya ni siquiera dejan sitio en la memoria.

Y es en ese entonces cuando se produce una contradicción, pues hay algo mágico, misterioso y casi podríamos decir que mesiánico (que nos salva  y nos da alas, me refiero), en unos recuerdos que se convierten en el comienzo y al mismo tiempo, en lo único o más importante de la vida. Pero sin embargo y muy probablemente, nuestro mundo ha sido otra cosa, mucho más y quizás mejor, tras salir de la tierra que nos vio llorar y reír por primera vez. Y al convertirnos en el abuelo que admiramos queremos volver a ser el nieto que fuimos y que, embelesado, era testigo de situaciones que no entendía pero que le fascinaban. Una contracción, como digo, que en sí misma, es el germen de lo humano, volver a la inocencia después de una madurez en constante avance.

Escrito de una manera muy sencilla, sin estridencias, con una ortografía y una estructura impoluta y apenas 107 páginas, el libro que nos regala en esta ocasión Manuel Antón Mosteiro García se lee en un momento, casi se podría decir que se bebe. Mención aparte merecen, por cierto, las magníficas ilustraciones que preceden a cada capítulo y que son obra del Dr. José Barbadilla. Unos dibujos al carboncillo que se convierten en una presentación con mayúsculas.

Sumérgete en un libro que es un homenaje claro y certero a todas las islas que, de forma continua, habitan dentro de nosotros, buscando sin descanso el tesoro dejado por nuestra infancia. UNHA HOMENAXE A GALIZA QUE É UNHA HOMENAXE A TODOS OS POBOS DO MUNDO…