Yashmina

No había pensado las consecuencias cuando gritó: ¡Estudiaré! ¡Seré abogada! ¡Me casaré por amor! ¡Decidiré ser madre! Cuando disparaba sus dardos contra la multitud que  llenaba el mercado de Teherán sabía el riesgo que corrían sus 11 años. El silencio llegó tarde. Su mensaje había calado en las mujeres que observaban admiradas. “Mi muerte no será en vano” pensaba orgullosa y era feliz. Las miradas confirmaban que sus palabras habían prendido la llama de la antorcha que otras portarían.

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